Fónico: el hotspot que sorprende desde su arquitectura hasta los sabores de sus platos

En el corazón de la Roma Norte, donde las casonas porfirianas se mezclan con el bullicio moderno, Fónico se alza como el secreto mejor guardado de los foodies que buscan algo más que una simple comida: aquí, cada visita es como asistir a un festín donde la tradición mexicana y la creatividad global se dan un apretón de manos… y se lanzan a bailar.

La mente maestra detrás de esta fiesta de sabores es el chef Billy Maldonado, un trotamundos de la gastronomía que ha cocinado en templos culinarios en tres continentes y decidió regresar a México para ponerle su sello a un menú que cambia con las estaciones y con el antojo del día.

Maldonado no se anda con rodeos: trae mariscos fresquísimos de Baja California y Sonora, cortes de carne que parecen salidos de un sueño, y los convierte en platos que no solo se ven bien en Instagram, sino que conquistan el corazón (y el estómago) de cualquiera.

El pulpo a la veracruzana, con su papa crocante y chile güero, es la prueba viviente de que los opuestos se atraen y que el mar y la tierra pueden ser mejores amigos.

Si eres de los que no perdonan la carne, el Rib Eye High Choice te hará reconsiderar todo lo que creías saber sobre los asados, especialmente cuando llegan rellenos de queso de cabra, mantequilla de chile chiltepín y salsa de habanero.
Pero Fónico no solo vive de proteína: los vegetales aquí tienen su propio club de fans. La ensalada de milpa y las tostadas de tomate heirloom son una delicia podrían hacer que hasta el más carnívoro pida repetición.

Cuando llega el momento dulce, Fónico no baja la guardia. La tarta de chocolate mexicano es el abrazo que todos necesitamos al final del día, y la esfera crocante de crema de mandarina es como un rayo de sol en el paladar.
¿Quieres algo para brindar? Sube a la terraza para terminar la noche en Rayo Bar, donde la mixología se convierte en espectáculo con su menú «Hecho en México». Prueba el Tequilana Pet Nat (Tequila Maestro Tequilero Blanco, Sake Nami Yunmai, cordial de uva y calpis de uva) o el “Muy Mamey” (ron de Chiapas, licor de cempasúchil, mamey, aguacate y chile serrano) y agradece que la vida te trajo hasta aquí.
El ambiente, por si fuera poco, es la cereza del pastel: terrazas de doble altura que te hacen sentir en las alturas, salones privados para conspiraciones culinarias, y una decoración que equilibra el glamour de antaño con el diseño contemporáneo.