Brujas: el refugio hechizado de la coctelería en la CDMX

Si alguna vez has caminado por las calles de la Roma Norte cuando cae la noche, sabes que el barrio vibra con energía, creatividad y un aire travieso.
Pero, en una esquina discreta y casi secreta, se esconde un bar que va mucho más allá de ser solo un buen sitio para el trago nocturno: es una puerta a un universo donde los cocteles son pociones, el ambiente es pura magia y cada noche tiene un toque de hechizo. Bienvenido a Brujas, el rincón más embrujado (y encantador) de la ciudad.

Donde el misterio se mezcla con la mixología
Brujas no es solo un nombre ingenioso: aquí, el concepto de la bruja se toma en serio y con mucho orgullo. El bar es una mezcla entre speakeasy sensual, lounge gótico y club secreto. Desde que cruzas la puerta, te reciben velas titilando sobre paredes oscuras, botellas de botica antigua, y una banda sonora que podría acompañar tanto una sesión de jazz como una invocación a medianoche. El aire se siente cargado de expectativa… y quizá, de algo sobrenatural.
La decoración es toda una clase magistral en crear atmósferas: terciopelos verdes, rincones en penumbra y curiosidades en cada esquina. Es el tipo de lugar donde no te sorprendería ver a alguien leyendo el tarot o a un gato negro paseando entre las mesas. (Lo del gato no está garantizado, pero el tarot, sí).
El encanto de la Casa de las Brujas
Pero la magia de Brujas Bar no solo está en sus cocteles o en su comunidad: también está en sus cimientos. El bar se encuentra justo bajo uno de los edificios más legendarios y misteriosos de la CDMX: La Casa de las Brujas.
Este edificio, oficialmente llamado Edificio Río de Janeiro, es un ícono de la colonia desde principios del siglo XX. Su arquitectura caprichosa, con torrecillas y techos puntiagudos, ha alimentado historias y leyendas urbanas durante décadas.
Si miras hacia arriba, notarás la famosa “punta de sombrero de bruja” en la torre de la esquina. Hay quienes aseguran haber visto figuras fantasmales en las ventanas o sentido presencias extrañas en los pasillos y se considera uno de los lugares más embrujados de la CDMX.

La leyenda más famosa es la de Pachita, una curandera y psíquica reconocida que vivió aquí a mediados del siglo pasado. Se decía que podía sanar a los enfermos, comunicarse con espíritus y realizar rituales que atraían a gente de todo México. Ya sea que creas o no en estos relatos, la energía mística del edificio es innegable—y Brujas Bar la aprovecha con estilo.
Beber aquí no es solo salir por un trago: es rozar lo sobrenatural. La historia y la leyenda de la Casa de las Brujas le dan a cada visita ese aire de realismo mágico que solo la CDMX puede ofrecer.
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La carta de cocteles es un grimorio moderno: cada trago tiene nombre de bruja, diosa o fuerza mística. Los ingredientes son locales y de temporada, y los bartenders—auténticos alquimistas—están listos para crear algo fuera de carta si te dejas llevar por el antojo.

Cada coctel es una experiencia: llegan adornados con flores comestibles, ramitas ahumadas de romero o incluso una carta del tarot bajo el vaso. Aquí, cada ronda se siente como un pequeño ritual.
El ambiente: sé quien quieras ser
Brujas Bar es un espacio sin etiquetas ni códigos de vestimenta: aquí todos son bienvenidos, ya sea que vengas vestido de gala, con tu look más alternativo, o simplemente con ganas de pasarla bien.
El público es una mezcla de artistas, escritores, chefs fuera de turno y curiosos en busca de una noche diferente. No es raro entablar conversación con un desconocido y terminar la noche con un nuevo amigo (o al menos, con un nuevo coctel favorito).
El equipo es cálido, auténtico, y siempre dispuesto a recomendarte el mejor mezcal o contarte alguna anécdota astrológica. El servicio es atento, pero sin pretensiones: aquí todos son parte del aquelarre.

Un portal a otro mundo
La magia de Brujas se intensifica bajo la sombra de la Casa de las Brujas. Sentado en la barra, puedes imaginar los secretos y rituales que han ocurrido sobre tu cabeza durante décadas.
Tal vez sientas un escalofrío o creas ver una silueta en la ventana… pero aquí, el embrujo es de empoderamiento y celebración. Las leyendas de la Casa y la filosofía del bar honran el poder femenino, la rebeldía y la magia de reunirnos.